BIENVENIDA/O

Asociación Ecos del Huallil - Caja de Ahorro y Crédito "Ecos del Huallil"
San Antonio, Cuchil, Sigsig, Azuay.

Diego Moscoso - Administrador del Blog
cac.ecosdelhuallil@gmail.com

8 may 2011

¡Hazlo y no protestes!

AUTOR: Efrén Moscoso

Había pasado dos semanas de asistir al segundo grado en la escuela (actualmente tercero de educación básica), un día viernes, luego de haber jugado en el recreo con la pelota de trapo en el patio mojado de la escuela, entraron a aquella aula grande de paredes descoloridas, de tumbado de tablas, ventanas diminutas, telarañas en los vértices que unía el lodo fundido con la madera; la profesora se dirigió a las niñas y niños que estaban sentados en las bancas y les dijo: ¡saquen los cuadernos de dibujo!, hoy vamos a dibujar.
Tan pronto como escuchó, el niño de pies descalzos, pantalón de poliéster y camisa blanca; con sus ojos vivaces, abiertos más de lo normal, no perdió ni un solo instante; abrió su bolso, hurgó con su mano hasta el fondo, cogió el cuaderno y los trozos de pinturas, -nunca tuvo una caja nueva, solo pedazos que habían sido utilizados por sus hermanos mayores en años anteriores-, y empezó a imaginar.
Hoy vamos a dibujar, repetía incesantemente para sí mismo; se frotó las manos una y otra vez como signos de satisfacción y mezcla de espera; delineaba en su mente cada rasgo de las montañas, de los árboles, de los animales, incluso sentía el olor de los pastos, de las flores y veía un paisaje multicolor; él conocía; muchas veces había pintado sendos murales y espléndidos paisajes con los tallos de las plantas en el corredor de cemento de su casa; sabía como hacer un dibujo hermoso, ahora lo haría en su cuaderno.
Mientras soñaba en aquel dibujo, siguió creando en su mente con perfección todos los detalles, los colores y las dimensiones exactas; miraba la hoja vacía de su cuaderno nuevo e imaginariamente veía en ella el paisaje concluido, hasta pensó el nombre que le daría.
Transcurrieron pocos segundos, la profesora irrumpió y con tono enérgico repitió: ¡atiendan!, aún no empiecen, ¡hoy vamos a dibujar!.
Con la tiza en una mano y el borrador de lana de borrego en la otra, la maestra de ojos grandes, pelo negro y labios escandalosos, flexionó inclinándose levemente y empezó a dibujar, mientras los estudiantes sentados con asombrosa curiosidad, observaban tímidos y se miraban unos a otros en silencio.
¡Así se dibuja!, decía la maestra sin volver la cara; todos estáticos, con sus lápices en la mano, otros sosteniéndolo con la boca, escuchaban y extendían el cuello para mirar lo que la profesora hacía. Cuando terminó, la maestra alzó la cabeza, sacudió las manos empolvadas y frunció el seño; ahora, ¡copien lo que yo hice!, dijo con cierta satisfacción expresada en su rostro; con su mano derecha y una sonrisa en los labios expuso el dibujo impregnado en el pizarrón, aquel dibujo que todos los niños y niñas debían copiar, una cruz grande y en un extremo una inscripción que decía ´´esta cruz está en una tumba´´.
El niño se preguntó: dibujar una cruz?, para qué?. Nunca le gustaron las cruces, se veían funestas y desproporcionadas; aún recordaba con dolor la última que puso sobre la tumba de su amigo inseparable, un perro al que le decían Tigre; más de una vez recibió regaños de sus padres por hacer la señal de la cruz en forma contraria, es decir de derecha a izquierda; también había escuchado una historia cruel que le contaron acerca de un hombre que cambió la historia del mundo a quién lo llamaron Jesús y que fue injustamente crucificado; además, a su edad, no encontró sentido en esa frase ¨esta cruz está en una tumba¨, entonces, para qué dibujar una cruz,- pensó en voz alta-.
El niño se negó y le propuso a la profesora hacer otra dibujo, algo que se relacione con su vida, con sus alegrías, con sus ambiciones: los campos, el cerro, su casa, los maizales, flores, animales, un río con agua clara y un caballo bebiendo en él, o aquellas mariposas que nunca se cansó de perseguirles con sus hermanos y hermanas en los extensos pastos de los vecinos,…. La profesora con tono enfadado, respondió, ¡el dibujo está en la pizarra!, ¡hazlo y no protestes!, los demás niños están dibujando solo tú…...sermón típico para un niño desobediente.
Finalmente, con un nudo en la garganta y con la decepción de un subordinado, el niño obedeció y dibujó la cruz.
Había transcurrido algunos días y la profesora nuevamente dijo, ¡hoy vamos a dibujar!; el niño cogió los trozos de pintura del bolso, tomo el cuaderno, esperó un minuto, dos y empezó a dibujar,….Con una gran tristeza en su rostro, no paraba de dibujar; cuando la maestra se acercó y le preguntó cuál era su dibujo, el niño, abrió su cuaderno, con la mirada al piso mostró lo que había hecho: ¡sorpresa!, una cruz y con letras un poco torcidas puso la inscripción que nunca entendió, esta cruz está en una tumba. El daño psicológico estuvo hecho, la creatividad coartada, incertidumbre, imposición, un niño frustrado, nunca más le gustaría dibujar. Esta vez la maestra comprendió.
Iniciamos este relato con una situación real en el aula escolar, con una vivencia que probablemente experimentaron muchas personas mientras estuvieron en los centros educativos. Quizá este ejemplo sea el vivo reflejo de cómo una mala práctica educativa de una maestra con buenas intensiones y de cómo la escuela bajo el slogan de educar, ha atrofiado día a día el talento de muchos niños y niñas, tratando de encasillar dentro de un solo recuadro a todos los estudiantes, sin considerar las diferencias, las capacidades individuales, la riqueza y sabiduría que se encierra en cada uno de de ellos o ellas ; el ejemplo del dibujo de la cruz, que para el niño fue una imposición nos ilustra sobre este aspecto, cómo una maestra bajo el principio de autoridad obliga a hacer un dibujo que para los niños y niñas no tenía sentido y que estaba fuera de contexto.
La práctica educativa de las y los profesores es el resultado de un sistema educativo caduco que ha sido incapaz de innovarse para dar respuestas a los problemas reales de las personas y es el vivo reflejo de un aprendizaje desconectado de las vivencias cotidianas, desconectado de la vida misma y de nuestra realidad.
En educación ha habido varios paradigmas educativos que han servido de fundamento teórico para educar, empezando desde el conductismo cuyo eje fundamental son los premios y los castigos, en donde el profesor es el que sabe y ordena, el que califica y dice si está bien o mal, el que manipula, el que hace perder el año; el estudiante por su parte, es el que memoriza y repite la letanía tal como el profesor le ordenó, copia lo que le dicen – hasta el dibujo que ordena la profesora-, es domesticado y manipulado por la autoridad de los profesores, es ¨obediente¨. Por otro lado y con otro enfoque está el paradigma constructivista que propone que los y las estudiantes sean los constructores del conocimiento mediante la investigación, el descubrimiento y con la facilitación del educador para que el estudiante construya su aprendizaje. En fin, existen varios paradigmas educativos, hemos enunciado aquellos a modo de ejemplo; sin embargo, de eso nos ocuparemos en otro momento.
Lo que ahora tratamos es hacer un aporte basados en la experiencia y que podría contribuir para que los padres y madres de familia puedan exigir a las instituciones educativas y en particular a los maestros y maestras una educación de calidad. Y también para aquellas personas que de una u otra manera están relacionados con la gente.
Empezaremos diciendo que:
El proceso de aprendizaje debe desarrollarse en un ambiente de calidez, cariñó, buen trato y sobre todo, en una relación de igualdad entre educador y estudiantes, eliminando esa relación vertical en donde el profesor ordena y el estudiante obedece; es necesario generar y construir códigos de convivencia que permitan relacionarnos mejor y que fortalezcan la práctica de los derechos, así como de los deberes. Por qué el o la profesora siempre tiene que tener la razón, acaso el niño o niña que va a la escuela o colegió llega vacío de conocimientos?
Lo que aprendemos debe ayudarnos a resolver los problemas cotidianos, debe servirnos para mejorar nuestra vida, estudiamos para eso, no solo para pasar el año o para obtener un título. Hay temas sin trascendencia que nos obligaban a aprender. Quién no recuerda los extensos dictados o la repetición de cien veces ¨no debo hacer bulla en clases¨, para qué nos ha servido?, o, las clases de ciencias naturales explicadas en el pizarrón, cuando en el campo disponíamos del mejor laboratorio de plantas, animales, minerales, etc.
La educación debe ayudarnos a ser más persona, a comprender el complejo mundo de la multiculturalidad, de convivir con los y las que son diferentes por varias situaciones, con los y las que piensan distinto, respetando las diferencias individuales; debe ayudarnos a disminuir las desigualdades entre hombres y mujeres, entre ricos y pobres.
Lo que se aprende en la escuela debe ser significativa para los y las estudiantes, que tenga valor para el niño y niña, algo que se relacione con su vida, con su cultura, con su cotidianidad; aprender desde lo que está mas cerca y nos rodea, desde lo concreto a lo abstracto. Por qué tenemos que priorizar por ejemplo una historia lejana y ajena a la nuestra; leíamos la historia contada desde los vencedores pero nunca nos hicieron reflexionar si esa misma historia hubiese sido contada desde los vencidos. Un aprendizaje desde nuestras raíces históricas nos da un sentido de pertenencia a lo que es nuestro y de paso, fortalece nuestra verdadera identidad.
El niño o niña aprende mucho y que mejor si lo hacemos utilizando sus potencialidades; a los niños y niñas generalmente les gusta investigar, descubrir cosas; en este sentido, es necesario que aprendan haciendo, no aprendan memorizando. Cuando el niño o niña hace, construye, arma y desarma, descubre, el conocimiento queda grabado porque el cerebro a puesto en funcionamiento muchas áreas, mientras que cuando memorizamos es fácil de olvidarnos porque hemos utilizado solo la parte de la memoria, un segmento del cerebro. Los maestros y maestras deben olvidar los grandes dictados y copias sin sentido.
Un niño, una niña debe ser parte del proceso de construir el conocimiento, de resolver problemas reales de la vida, de equivocarse, de aprender a aprender, eliminado aquellas frases: niño tonto, no hagas eso, tu no puedes… que con frecuencia nuestros educadores lo repetían.
Una educación crítica, reflexiva, que cuestione el ¨status quo, que haga que las personas reclamen sus propios derechos, que reflexione nuestra historia o nuestra situación en la que vivimos; en la escuela nos enseñaron a ser sumisos a ser obedientes, no nos enseñaron a cuestionar la condición de exclusión en la que vivíamos, nos enseñaron a ver como normal; una educación reflexiva y crítica es liberadora. Sabiamente Paulo Freire manifiesta que antes de aprender a leer o escribir, los niños y niñas deben aprender a leer la realidad, comprendiéndola, transformarla.
La educación debe ayudarnos a comprometernos con el desarrollo de nuestro barrio o comunidad, con el cuidado de nuestra naturaleza y ha tomar conciencia que el trabajo honrado, bien hecho y eficiente, la solidaridad, honestidad, conjuntamente con el fortalecimiento de la organización a de ser nuestra bandera que guiará nuestro futuro. Prepararnos para ser dirigentes de la comunidad, de la parroquia, alcaldes de nuestro cantón, o sencillamente para ser buenos ciudadanos y ciudadanas, en cualquier lugar en donde nos encontremos. Seguramente, el conocimiento nos hará libres.

26 ago 2010

DOLOR DEL ALMA; INFINITAMENTE SUPERIOR AL DOLOR DEL CUERPO


Autor: Juan Ramiro Zúñiga Moscoso

7 de la noche de un día cualquiera. Entró temeroso a la habitación en la cual parecía completamente extraño, como si se hubiera equivocado de lugar. Se detuvo meditabundo detrás de la puerta que rechino escandalosamente con un agudísimo sonido que lastimó sus oídos y acelero su pulso. Se incremento su nerviosismo y sus ganas de desaparecer. Prefirió quedarse en ese lugar por un momento.

Algo le preocupaba, algo lo mantenía intranquilo, sobre espinas como dicen los mayores. Le preocupaba principalmente la llegada de su padre al anochecer y recordaba la amenaza de mama – espera nomas que llegue tu padre-. Además le indignaba y le llenaba de impotencia la risa burlesca y lasciva de sus hermanos que ya se divertían con la próxima paliza que iba a recibir en la noche. Era inútil reclamar, al menos explicar, pedir que por favor mama no se lo digas a papa. Sabía muy bien que de nada valdría. Solo quedaba esperar... esperar que no pasara el tiempo o estar en otro lugar, lejos de todo, lejos de los hermanos que lo veían como el hermano malo, como a un bicho raro al que hay que eliminar… al futuro asesino en potencia, al criminal desalmado… al próximo inquilino del espantoso infierno donde las almas condenadas arden por los siglos… terrorífico para un niño como el… un niño triste y tímido y apenas con siete años de edad.

En la mañana de aquel día había salido temprano luego de desayunar. El sol brillaba ya sobre las cordilleras volviéndolas maravillosamente doradas. Su pasatiempo favorito era caminar descalzo sobre el pasto, sentir el olor de la tierra mojada… perderse en sus pensamientos, en sus sueños de llegar a ser poeta, ser un pintor como Guayasamin o Picasso o de ser profesor.

Ese día luego de su acostumbrado paseo se encontró con su hermano pequeño que recién acababa de levantarse y entre los dos se dispusieron a jugar. La mañana transcurrió tranquila, apenas el silencio era desgarrado por el grito de los pequeños. Jugaron a ir a dejar a los chivos (frutos de gañal) a que coman pasto, pescar chufles, construir casas, puentes, carreteras, dibujar sobre el cemento con un pedazo de teja, fabricar arados, carros, etc. Y como es de costumbre en los juegos infantiles luego de tanta diversión vino la reyerta a dañarlo todo. El caso es que discutían, e irremediablemente llegaron los golpes pero como él, tenía un pequeño machete en su mano, inconscientemente lo levanto por lo alto por intimidar a su hermano más que con la intensión de lastimarlo. Ni siquiera había pensado en eso. Era todo pero fue suficiente para provocar la queja inmediata del hermano menor hacia su mama que veía al hijo de sus entrañas dando lastimeros alaridos al haber escapado milagrosamente de una muerte segura. Pudo haber quedado hasta aquí pero mama considero oportuno dar aviso a papa con lujo de detalles de todo lo acontecido. Y no era para menos, un intento de asesinato era algo gravísimo, un acto fratricida imposible de perdonar y que solo se pagaba en la correccional a donde decían que lo iban a enviar mientras viva y luego de la muerte al tenebroso infierno.

Y la amenaza de mama seguía zumbándole a los oídos -espera nomas a que llegue tu padre- y en efecto su padre llego. El corazón le dio un vuelco y su cuerpo débil y pequeño temblaba de miedo, su cara pálida de terror… tenía un ataque de taquicardia… algo le oprimía el pecho… sentía que le faltaba el aire. Pero había que ser fuerte hasta donde le sea posible. Dejo su escondite y se dirigió a la cocina. Todos cenaban ya. Entro temeroso, paso a paso, la cabeza agachada como la de un reo que llevan al cadalso. Se encontró con la mirada amenazadora y triste al mismo tiempo de su mama y la mirada pesada de sus hermanos. Apenas comió algo, luego más tranquilo se dirigió a la habitación donde su madre y sus hermanas aun tejían. Que fría y tenebrosa fue aquella noche.

De pronto entra su padre y toma asiento. Solo falta que la hermana comedida incite a mama a confesar a papa del gravísimo incidente. Ahora ya no falta nada. Ante el puntual recordatorio de sus hermanas, mama explica detalle a detalle la escena del crimen, de cómo había intentado asesinar a sangre fría a su hermano menor. Con la cabeza agachada y con lágrimas de desamparo en los ojos no se atreve a mirar a su padre que dirige ya su mano hacia la cintura para despojarse de su grueso cinturón. Cuando al fin su padre tiene el látigo entre sus manos, echando chispas de coraje por los ojos exclama seriamente:

- En este momento, te arrodillas y le pides perdón a tu hermano.

¿Qué es lo que escucha? Parece difícil de creer, imposible de asimilar. ¿Arrodillarse y pedir perdón cuando todos están presentes esperando a ver lo que acontece? Qué vergüenza más grande, que humillación. Silencio total. El tiempo se detiene.

Al no ver ninguna reacción papa vocifera

O le pides perdón a tu hermano o esta noche te entiendes conmigo

Bruscamente papa lo toma del brazo y lo obliga a arrodillarse, el esta callado y su silencio solo se interrumpe por un sollozo que inútilmente trata de contener. De rodillas frente al hermano ofendido, pálido pide a dios que si existe que lo ayude. Pero esa noche no acudirá dios.

Papa le da apenas cinco minutos para cumplir su orden, el tiempo se acorta. Incertidumbre total. Por su mente pasa la idea de pedir perdón pero herido su amor propio se detiene. Silba un latigazo y cae seco en su pequeña espalda, y luego otro y otro. No quiere llorar. Esta vez no lo hará. No quiere que sus hermanos lo vean llorar, peor aún su verdugo. Cierra sus ojos porque las lágrimas amenazan con salir. Le duele más el alma que el cuerpo en este momento. Tendido en el piso siente un fuerte estirón en su brazo, se siente suspendido en el aire, lo arrastran incompasiblemente. Entre nubes puede ver a su mama y a sus hermanas derramando copiosas lagrimas de cocodrilo. No entiende porque lloran ni quiere su lástima. Solo quiere estar muerto y a donde lo llevan quizá haya el objeto que lo haga despedirse del mundo. Ya no escucha llantos, solo se siente arrastrado en la oscuridad por una fuerza descomunal. Suenan llaves abriendo una puerta, se escurra un agudo chirrido. El cuarto abandonado se ilumina y es lanzado con fuerza a su interior. Llueven latigazos sobre su cuerpo pero físicamente no los siente. No se pueden sentir dos dolores al mismo tiempo. La luz se apaga y se cierra la puerta. Oscuridad absoluta, soledad, desesperación, rabia, indignación, miedo.

Ahí está todavía, tendido en el frio suelo, con su mundo y sus sueños destruidos. Al asesino le espera la condenación eterna. Para el solo le espera el infierno y el demonio no tardara en llegar. Le toca comprender lo que significa ser la oveja negra de la familia como le habían dicho. Ahora si llora… tiene que hacerlo… tiene que morir… pero no hay nada… ni una cuerda…ni una botella…ni una navaja… ni el cartón de insecticidas. Parece que todo conspira en contra de él. Se golpea contra la pared y cae nuevamente al piso. Rechaza las cobijas que sus hermanas le ofrecen por la ventana y lentamente va perdiéndose en un laberinto ahogado apenas por las lagrimas que salen abundantemente de sus ojos que ya no pueden ni quieren ver la luz. Mañana si la desgracia le permite estar vivo para él será diferente, la vida le marcará un antes y un después de la fractura del alma.

14 jun 2010

Para debate...

Un artículo publicado por el comercio que puede generar polémicas por la carencia y limitación de información utilizada; analicemos juntos-as esta publicación a cerca de nuestra comunidad.
"LA ATRACCIÓN Y EL AMOR ENTRE PRIMOS NO TIENEN BARRERAS EN SAN ANTONIO"
Lineida Castillo, Red. Cuenca

En la parte alta de Amorgeo, en medio de maizales y árboles frutales que se pierden entre las montañas, está San Antonio de Jacarcar, perteneciente a la parroquia Cutchil.
En este caserío con casas de teja y adobe, a 25 kilómetros al noroeste de cantón azuayo de Sígsig, viven 120 familias. En esta aldea de agricultores se vive en familia. No por la amistad de los vecinos, sino por el grado de consanguinidad de los matrimonios.
Las parejas se unen o se casan con primos o sobrinos en segundo grado y a casi nadie le preocupa. En la comunidad que en la Colonia fue asentamiento español sólo viven familias de apellidos Álvarez, Moscoso, Zúñiga, Román y Brito. Casi todos tienen la misma fisonomía: tez blanca, cabello claro y ojos verdes. Son inconfundibles cuando salen a las comunidades vecinas. Gabino Zúñiga, de 40 años, confirma la tendencia.
Él se casó hace cinco años con Cumandá Zúñiga, hija de su prima. Con su esposa aún no han procreado hijos. Pero admite que le asusta la idea de traer al mundo un bebé con algún tipo de deficiencias o deformaciones.
Hace tres meses se casaron los primos Rosa (20) y Ángel Román (24); hace nueve años Dorila (35) y Franco Brito (38); y hace más de 20, Lilia Zúñiga (38) y Florentín Brito (40). Por las edades de las parejas se confirma que esta afinidad no es reciente.
Gabino evoca que, antiguamente, estas relaciones marcaron una forma de vida del pueblo. “Nuestros tatarabuelos, abuelos y padres se enlazaron con sus parientes”. Incluso, recuerda que sus abuelos le contaron que en la fiesta del patrono se decía “amañen a San Antonio para que la juventud se quede y no salga”.
Precisamente, estas fiestas marcaban y marcan el inicio de las relaciones de novios y esposos. Los habitantes de San Antonio vivían desconectados de la ciudad. Para los jóvenes las fiestas eran la única oportunidad de relacionarse.
Pero, al mismo tiempo teníamos recelo y nuestros padres nos prohibían acercarnos a los afuereños, recuerda Gabino. “Por eso siempre preferíamos bailar con nuestras primas, sobrinas, hermanas y tías”. Allí nace esa atracción.
Ni siquiera la Iglesia Católica logró poner freno. Hace algún tiempo, recuerda Lilia Zúñiga, que el sacerdote Pedro S. coartó las relaciones entre familias y amenazó con excomulgar a los fieles. “Pero no prosperó”.
Casi todas las parejas viven unidas. La Ley Canónica (iglesia) prohíbe el matrimonio entre los ascendientes y descendientes. Por ahora en San Antonio, los clérigos sólo insisten en los problemas de salud que podrían presentarse.
Según Jaime Quizhpe, del Área de Salud de Sígsig, en San Antonio, no hay registros de nacimientos de menores con malformaciones. Sólo esporádicos casos de niños que sufren de epilepsia, albinos o otras enfermedades que no necesariamente se deben al parentesco de los padres.

Para que no olvide

La consanguinidades la relación de sangre entre personas que descienden de un ancestro común. Casi todas las culturas prohíben los matrimonios consanguíneos por la estabilidad familiar.

Se demostró científicamente que de las relaciones sexuales entre familiares hay consecuencias genéticas negativas para los hijos.

Hay varios grados de parentesco: son en línea directa (padre-hija-nieta). En segundo de la línea colateral (hermanos), en tercer grado (tío-sobrina), en cuarto grado (primos).

Tomado de El Comercio.

24 mar 2010

Nuestra música, nuestra identidad.

Autor: Jorge Oswaldo Moscoso Zúñiga

Hoy en la mañana, con el fin de enterarme sobre lo que está pasando en el país y como es mi costumbre siempre, encendí el televisor en el canal que mantiene muchas contradicciones con mis aspiraciones de acceder a información objetiva, pero que a veces me hace reír, Teleamazonas, no obstante, para enarbolar la esperanza mía, resulta que en ese preciso momento el canal estuvo en un corte comercial en el cual se promocionaba el concierto “CANTOS DE LIBERTAD”, seguidamente planté la mirada en la pantalla, agudicé mis oídos y todos mis sentidos para conocer cuales serán los grupos de música que estarán presentes en dicho concierto, William Luna, Maya Andina, Wuancara, Tupay, Savia Nueva, Los Kjarkas, Los Jayac, entre otros, estarán ahí, inmediatamente sentí como el cuerpo se me estremecía al saber que los grupos que inspiran mi razón de ser se presentarán en aquellas lejanas tierras norteñas, por un momento me imaginé en el concierto a pesar de la distancia y de las imposibilidades laborales, luego me pregunté por que éste tipo de eventos solo se realizan en Quito?

Hace ya más de dos años vinieron los Kjarkas a Cuenca, que alegría, con mucho tiempo de anticipación mis primos, primas, un tío y yo nos preparamos para ir al concierto, con ansiedad esperamos a que llegara el día esperado, y llegó, cuando fuimos al Coliseo Mayor de Deportes, hoy llamado también Jefferson Pérez, nos extasiábamos con los murmullos de las guitarras, charangos, zampoñas, que comenzaban a sonar para aperturar la participación de algunos grupos que precedieron a los Kjarkas, disfrutamos inmensamente de los sonidos que emitían aquellos instrumentos musicales que representaban nuestra esencia, pues crecimos envueltos en aquellos sonidos andinos trasmitidos por la radio o en muchas veces creados por la capacidad y las hábiles manos del Abuelo Angel, quien aprendió a acomodar las notas de la guitarra únicamente con verlas aunque no sabía su nombre, quien incluso fabricó una quena de su propio arte para hacer música, único cantor de aquellos tiempos en nuestra comunidad; una a una acompañamos las canciones de los diferentes grupos hasta quedar prácticamente sin habla por el esfuerzo que habíamos generado con nuestras gargantas.

Para nosotros aquel concierto significó lo mejor de lo mejor en cuanto a eventos de esta naturaleza se trata, sin embargo aquel escenario deportivo estuvo a medias, poca gente acudió a tan magnífico evento, situación que deshizo totalmente nuestra teoría de que teníamos que ir pronto para poder entrar.

Creo sinceramente que en Cuenca mucha gente poco valora el arte y vivencias expresadas en la música andina, latinoamericana, pocas manifestaciones se observan en la ciudad, los grupos que hacen este tipo de música siempre son invitados para “romper el hielo” y abrir el espectáculo de otros grupos que se dedican a un género diferente, en los locales donde se venden CD`s, la música que suena o los videos que se muestran son en su mayoría de aquellos grupos femeninos que a parte de cantar, lo que hacen es exhibir otros atributos, o aquellos grupos que no tienen ninguna capacidad de originar nuevas letras y melodías, que reinterpretan toda canción y la hacen tecnocumbia, por ejemplo El Cholero, es más conocido en su ritmo tecnocumbiero antes que el original interpretado por Tupay.

Esa es la respuesta entonces, el sentido por la música y la generación de identidad mediante ésta, tiene muy poca acogida por en la conciencia de mucha gente, a tal punto de perder la esencia de lo nuestro, de lo que nos constituye. Por otro lado, ritmos como el reggaetón, gustan mucho especialmente a los más jóvenes, invisibilizando las interpretaciones que nos delega a disfrutar de nuestra cultura, de la naturaleza, tradiciones y que generan conciencia sobre nuestra realidad social, económica, política e incluso religiosa.

En nuestra comunidad San Antonio la situación no es diferente, he escuchado a algunas personas decir que “es música de indios”, poco se aprecia y se ha apreciado los malabares de las manos del abuelo Angel, de Efrén, de Saulo, de Angel Junior, Moscosos, para entonar la guitarra y poco se cultiva el arte de hacer música en nuestra tierra, “la música es la esencia de los pueblos” por lo tanto hay que plantearnos el objetivo de trasformar dicha situación, por lo menos en nuestra comunidad.

Mientras tanto, a los que disfrutamos de la música flolklórica y latinoamericana, nos queda disfrutar aun más por los que no lo hacen, al fin y al cabo “de gustos y colores no discuten los doctores”

23 mar 2010

De Taquito

Autor: Efrén Ubaldo Moscoso

Los viejos curuchupas se asustaban y las abuelitas criticaban “otra vez están en el vicio”, decían con asombro al ver a la juventud reunirse por los domingos para jugar el ecuaboly e índor. En aquella época y para la gente de nuestra comunidad, hacer deporte era atribuido como una acción dañina para los seres humanos, como una actividad de vagos y de personas que no tenían nada que hacer; incluso era asociado con algo maligno, de perdición y un grave pecado que cometían los varones; era considerado una desviación de las normas establecidas por una sociedad anticuada y moralista. Obviamente, en un mundo que consideraba tremendas brechas de desigualdad, las mujeres ni siquiera podían pensar en jugar o salir de la casa, su rol único asignado era de quedarse adentro en los quehaceres domésticos.

El índor es uno de los deportes que se empezó a practicar en la comunidad de San Antonio allá por los años de 1978 con la llegada del profesor Marcelo Bustos como educador de la escuela Elías Brito. Desde aquel entonces, la vida de los niños, niñas y de los jóvenes empieza a tomar un rumbo distinto, incluyendo al deporte, sea este indor, boly o atletismo dentro de las actividades educativas escolares, de interrelacionamiento con las comunidades vecinas y como un espacio de recreación.

Año tras año los niños de la escuela de nuestra comunidad participaba en eventos deportivos internos y externos, de igual forma lo hacían los jóvenes que se organizaban en clubes para representar la comunidad, lastimosamente siempre terminaba en grandes derrotas, predominando la hegemonía de las comunidades vecinas de Gutún y Buena Vista, consideradas fuertes en esta disciplina deportiva. Quien no recuerda las jugadas majestuosas del “enano” de la escuela de Buena Vista o, las voladas del arquero de Gutún -Guido Delgado-, mientras nuestra selección de niños ya grandotes porque estudiaban la primaria jóvenes que se habían reincorporado a terminar sus estudios - debido a que antes solo existía hasta cuarto grado-, otra vez perdía.

Los niños que crecieron viendo la derrota de los adultos y de ellos mismos y, el sinsabor de la pérdida, poco a poco se hicieron grandes y curiosamente fueron adquiriendo destrezas y habilidades en aquel deporte que en lo posterior harían de San Antonio una comunidad fuerte en Indor, boly y también con grandes talentos para el atletismo.

Diez años de llevar el peso de las derrotas en la espalda y de haber aprendido a levantarse después de la caída. -Otra vez perdimos- retumbaba en la mente de los deportistas acostados en el césped al costado de la cancha, mientras los colores vivos de las camisetas manchadas con el lodo hacían juego con el verde de los campos y el color natural de la tierra después de la lluvia. Esta historia podía cambiar y dar vuelta la página, el terreno estaba preparado.

Llegó el día esperado, la comunidad de San Antonio en su popular fiesta de junio, en el año de 1991, organizó un campeonato de indor con la delegación de Gutún, Sarar, San Antonio y un equipo invitado de la ciudad de Cuenca, sin duda era el equipo favorito para llevarse la copa del cuadrangular.

El día apareció radiante, el sol empezó a dar sus primeros rayos por el Huallil, mientras la gente se preparaba para ir a la feria del Sígsig a vender los sombreros de paja toquilla, tomar un delicioso morocho con pan, comprar las cosas esenciales para la alimentación y por la tarde ir a la escuela para ver el deporte o simplemente para estar allí, porque era la fiesta, nuestra fiesta.

En primera instancia se juegan los partidos de Gutún con el equipo invitado de la ciudad de Cuenca, los gutunejos salen humillados tras recibir tremenda goleada, posteriormente, el equipo de San Antonio versus el equipo de Sarar y San Antonio también golea a los cercanos vecinos de Sarar. La gran final de los dos equipos ganadores está por empezar, mientras las sombras de las montañas proyectaban sus siluetas en las laderas y la gente apresurada partía con rumbo a sus hogares, los jugadores se alistan, se dan la mano y...,

El partido empieza, la pelota se pone en movimiento, un pase, dos, tres, elabora una pared de taquito. La pelota corre y corre, mientras realiza una jugada la bicicleta y el balón sube a la cabeza, la acaricia suavemente mientras desciende deslizándose por el pecho hasta los pies, camina con rapidez con su amiga inseparable pegada a sus pies, se quita la marca de uno, de dos, un pase otra vez de taquito, recupera el balón, un disparo potente, el arquero tambalea y gooool. Esta historia tendría un final feliz y con ella a creer en nosotros, a recuperar el amor propio, a confiar en nuestras capacidades, a fortalecer nuestra identidad jacarqueña y saber que somos importantes. El marcador final 3 goles para san Antonio y 1 para el otro equipo. iSan Antonio Campeón!

Con respecto al atletismo nuestra escuela nunca había participado en las competencias cantonales, hasta que en 1981, con el profesor Julio César Toral, nuestra delegación tuvo una primera y gran participación en la histórica Plaza 24 de Mayo, impregnando en la memoria de los sigseños las imágenes de los niños de Jacarcar, quienes habían obtenido varias medallas y consigo la esperanza de algún día vivir mejor.

Nuestra tierra ha tenido grandes talentos que no han podido surgir por la falta de oportunidades. Es tiempo de pensar en estas alternativas que probablemente no están dentro de nuestro pensamiento ni dentro de nuestra estructura familiar. El deporte es una profesión, una forma de vida, una manera hermosa de vivir nuestro día a día y también una oportunidad de ser emprendedores y de fortalecer la salud física, psicológica. El deporte, la recreación es un derecho de los seres humanos y muy esencial para la vida.